12/4/20

Histœrias diarias de cuarentena (30/40): Vas a ser muy feliz, de verdad


-    Enhorabuena. Enhorabuena por vuestra boda, de verdad… es… fantástico.
-    Sí, ¿verdad?
-    Es que… me has dejado en shock, de verdad. Ha sido como “buah”. Y mira que lo sabía, o sea, que se veía venir que ibais a acabar casándoos. Porque, eso, estáis hechos el uno para el otro. Es decir, tenéis vuestras diferencias, claro. Pero eso os complementa ¿no? Tú, por ejemplo eres mucho más sensible. Tienes una sensibilidad que… Y no todo el mundo entiende eso. Pero así aprendéis el uno del otro.
-    Gracias. La verdad es que tengo nervios. Pero vamos a hacerlo sencillo. Y planificando poco a poco, que no se nos acumule todo.
-    Sabes que si necesitas algo… ayuda para lo que sea…
-    Lo sé, gracias.
(Silencio)
-    De verdad que me alegro mucho. Deberíamos celebrarlo. Hacer una juntada y tomar algo todos o algo así. Mira que alguna vez lo hemos hablado en el grupo, que ya os tocaba boda. Pero que me lo digas así de repente…
-    Claro, eso mismo me paso a mí cuando me lo pidió. La misma sensación. Como algo que he querido siempre, y al mismo tiempo llega tan rápido que daba como vértigo.
-    Claro, pero es una buena noticia, y…
-    Como que vino sin avisar y dije sí, sin saber lo que decía.
-    Claro, pero eso, es algo bueno. Y cuando lo has contado tenías una cara de felicidad… Te va a hacer muy feliz todo esto. Y yo me alegro mucho por ti, porque sabes que te quiero muchísimo, que te he querido siempre… y… ya… ya me entiendes.
(Silencio)
-    Tenías que haber visto la cara de mi madre cuando se lo conté. A ella sí que le sorprendió… y me puso una cara… casi se le cae el vaso al suelo. Y sabes que ella nunca ha sido una persona torpe. Todo lo contrario. ¿Sabes que hubo un año que empezó a practicar esgrima?
-    No, no sabía
-    A sus cincuenta y cuatro años la tía, o cincuenta y cinco, o por ahí. Primero se quedó callada, y luego me dijo que quizá estaba cometiendo un error… Eso fue lo primero que dijo. Pero luego me abrazó y me dijo “vas a ser muy feliz” y me dijo que me apoyaría en todo. Acabamos la tarde bebiéndonos media botella de vino entre las dos, y partiéndonos de risa.
(Silencio)
-    Tu madre… Tu madre también es una persona muy especial. Dale saludos de mi parte.
-    Está muy bien ahora. Llevaba una época mala, pero ya vuelve a estar bien.
-    Me alegro. Las madres son… hay que hacerle caso a las madres. Saben mucho. Es decir (pausa) Enhorabuena. Vas a ser muy feliz, de verdad.


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