7/4/20

Histœrias diarias de cuarentena (27/40): El entierro de la mosca



En mi pueblo, además del entierro de la sardina en carnavales, se hace el entierro de la mosca. Es un evento que se hace al final del verano. Para celebrar de alguna forma, no se sabe si alegre o triste, que con el frío ya no quedan moscas vivas en el pueblo. Que desaparecen todas hasta el siguiente verano y dan un pequeño respiro a nuestras pieles, cansadas de darnos manotazos. 

Se fabrican unos pequeños ataúdes muy ornamentados, con madera de haya o de encina. piezas maestras de ebanistería que se empiezan a preparar el 1 de mayo del año anterior. Prácticamente todo el mundo en el pueblo participa de alguna forma en su elaboración. Y esos ataúdes se llevan vacíos por todo el pueblo hasta el cementerio de moscas, que es un roble que hay justo a la salida de atrás del cementerio nuestro, el cementerio humano. Se diría que el cementerio de las moscas está un paso más allá del más allá. Se hace una gran fiesta y una procesión y comparsa, se prepara comida y viene gente de los pueblos vecinos. Es una de las grandes fiestas y orgullos del pueblo.

No hay un día fijado para el entierro. Los ancianos hablan con la gente, mantienen un registro. Todos los días van preguntando a los demás si ese día han visto alguna mosca viva o no. Cuando ocurre que todos los habitantes del pueblo aseguran que no han visto ni una sola mosca viva en las últimas veinticuatro horas, se declara, de forma oficial, que al día siguiente se celebrará de entierro de la mosca.



0 comentarios:

Publicar un comentario