6/4/20

Histœrias diarias de cuarentena (26/40): El nombre de todos ellos


El cuello se desdobla hacia atrás, y eleva el esternón. El esternón se levanta y sale del pecho, y al estar libre se convierte poco a poco en un cactus verde. Sus espinas crecen, se alargan sin fin hasta llenar toda la habitación, y forman una tela de araña. Tirando de uno de los hilos de la tela, toda ella se encoje y forma un ovillo de lana mullido. El ovillo se contrae y de su parte inferior nace un huevo. El huevo se rompe y de él sale una planta.

La planta crece y crece. No se para, y su final está más lejos de lo que alcanza la vista, se confunde con el cielo. Jamás seré capaz de llegar hasta la cima de la planta. La planta que nació de mi esternón, de mí. La planta que soy yo, y yo nunca podré llegar hasta arriba de ella.

Si fuese un pez, nadaría en círculos alrededor del remolino. Si fuese un ave me zambulliría en el hielo. No puedo ver el fin de mí mismo. ¿Conoce alguien las fronteras de su propia alma para poder decir "yo soy yo"?

Hay una habitación, y mi padre me espera en el centro de ella. La habitación está llena de mucha otra gente. No cabe una sola persona más, así que tengo que empujar a todo el mundo para llegar hasta mi padre. Tengo que colarme en cualquier hueco, apartar, hacer fuerza, dar y llevarme codazos. Me cuesta mucho tiempo y esfuerzo lograrlo, pero al final logro llegar hasta él. Cuando llego, me dice que no tenía por qué haberme esforzado tanto, que todos los demás de la habitación son fantasmas y que les podría haber atravesado sin problema. Me explica que son todos los fantasmas de la familia. Todos y cada uno de mis antepasados. Que es una pena que no los conozca, pero que ahora que estamos todos reunidos, es una gran oportunidad para hacerlo. Yo sigo sintiéndome apretado por todo el resto de la gente, no hay forma de estar cómodo, y no han cesado los empujones y los codazos. Aun así, le pregunto. Le pido que me cuente, o que me presente a alguien. Mi padre me mira muy serio. Hijo, me dice, hijo, todos los fantasmas se llaman Guillermo.

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