29/12/22

Manifestación 22

 

Nueve personas se reúnen en un local para charlar sobre la guerra. Una guerra en un país lo bastante lejano como para que esta no les afecte directamente, y lo bastante cercano como para que sí lo haga indirectamente.

La preocupación común es por qué nadie ha salido a manifestarse en contra de la guerra. Por qué parece que han callado, o aceptado, y qué agencia tienen, si es que tienen alguna, en los acontecimientos relacionados con el conflicto.


DRAMATIS PERSONAE:

ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE
ASISTENTE



CUADRO PRIMERO:


- Pero en una guerra como esta, ¿para qué nos manifestaríamos?

- Ya ha pasado un año.

- Y hay motivos más importantes para salir a la calle.

- Y no nos hemos manifestado por Palestina, ni por Siria, ni por Yemen, ni por Etiopía.

- Claro que hacer una manifestación tiene sentido, pero qué sentido tiene manifestarse por esta guerra, a día de hoy.

- Quizá habría que haberse manifestado antes de que empezase todo. Cuando todo se gestaba y no sabíamos que iba a desembocar en todo este desastre.

- Cuando todo podía frenarse. Hoy esta guerra ya nadie puede pararla.

- Entonces habría tenido más sentido, pero no sabíamos nada.

- Ojalá haberlo sabido, aunque no hubiéramos podido cambiar nada.

- Y eso es el pasado. Estamos aquí y ahora. ¿Qué decimos hoy?

- Yo digo no a la guerra.

- Yo digo no a Putin.

- Yo digo no a la OTAN (pero lo digo bajito).

- Yo no quiero ni guerra, ni Putin, ni muchas otras cosas. Pero digo no a manifestarse por el “no a la guerra”. Si queremos sacar a la gente de sus casas, tendrá que ser por una razón más tangible, más elocuente.

- Hay que ser prácticos, hay que tener visión popular. Convocar una manifestación también es un hecho político. Tiene un peso.

- Y hay que ser claros. Las ambigüedades no van a movilizar a nadie.

- Queremos una manifestación apolítica.

- Cómo va a ser eso.

- Es decir, que convocar una manifestación no puede ser "cualquier cosa". Incluso aunque luego no venga nadie. Convocar es importante.

- Queremos una manifestación apolítica.

- Será apartidista.

- Claro, sin partidos ni nombres.

- Cómo va a ser eso.

- Yo lo que quiero es tener voz. Quiero tener voz. Aunque no diga nada ni grite las consignas. Mi cuerpo allí, junto a los cuerpos de los demás, esa es mi voz.

- Salir a gritar, un grito continuo.

- Un grito por turnos, cada vez que alguien necesite descansar o coger aire, otra persona le sustituye. Un grito ininterrumpido de 72 horas.

- En estos actos, las identidades se diluyen. De repente una se encuentra con que es parte de la masa, y a su alrededor se gritan consignas con las que no está de acuerdo.

- Asumo perder mi identidad durante un rato. Mi identidad ahora es la masa. Somos una voz más grande.

- Quiero decir, que todo el mundo grita, y si sus gritos no son mis gritos, de repente mi voz está secuestrada, porque todo el mundo dará por hecho que la voz común también es la mía cuando no lo es.

- ¿Y qué?

- ¿Y qué? No lo sé.

- Asumir, o no asumir, que en todo acto colectivo nuestras acciones van a ser contaminadas por las de los demás.

- Yo quiero gritar. Gritar sin que sea a favor o en contra de nadie.

- Pues a mí ni siquiera me importan las consignas. Yo quiero salir a recuperar mi voz. A favor o en contra, me da igual. Yo quiero salir a reafirmar mi estatus de ciudadano. Actuar para ser.

- Quiere ser un sujeto político sin hacer política.

- Quiere defender una idea, no un partido.

- Quiere tomar partido sin partidos.

- Cómo va a ser eso, cómo va a ser eso.



CORO:


Vamos a morir jajajá, jijjií

Un meme del apocalipsís.

Vamos a morir, jajajá, jijijí

Fulminados en un tris.



CUADRO SEGUNDO:


- La gente de izquierdas se manifiesta contra la derecha. La gente de derechas se manifiesta contra la izquierda.

- La gente de derechas no se manifiesta.

- Una manifestación nunca es a favor de, es en contra de.

- La gente de izquierdas se manifiesta porque quiere cambiar el mundo, la gente de derechas no se manifiesta porque quiere mantener el statu quo.

- La gente sale a la calle porque está enfadada, no por agradecimiento. Las calles se incendian, no se acolchan.

- La gente no sale a la calle para dar las gracias a un político, sea el político que sea. Quién sale para mostrarle apoyo incondicional a un político, a día de hoy.

- Quiero manifestarme contra la izquierda, sin hacerle el juego a la derecha.

- Quiero poner un maniquí con una pancarta en la puerta del congreso, que se manifieste contra todo, haya quien haya allí, se debata lo que se debata.

- Una manifestación que no sea presencial pierde toda su fuerza.

- Un fantasma no deja de ser una manifestación sin presencia.

- Los cuerpos son casi lo único que nos queda hoy en día a nivel social, no podemos delegar también eso. Hay que estar allí, allí y en ese momento.

- La gente de derechas también se manifiesta por sus cosas.

- Hay contramanifestaciones que son más multitudinarias que la manifestación original.

- Lo increíble es que a estas alturas todavía sigamos hablando de izquierdas y derechas.

- Alguien de derechas también podría tirar un tomate contra un cuadro.

- Alguien de derechas podría lanzar un tomate contra el patrimonio público. Alguien de izquierdas lo lanzaría contra el patrimonio privado.

- Antes de tirar nada, la mayoría se fijaría en la ideología del cuadro.

- Pero para qué nos manifestamos.

- Yo ya no sé si la pregunta es para qué o por qué.

- Porque la manifestación aquí no va a cambiar nada de allí. Ninguna guerra va a pararse porque en el otro lado del mundo la gente decida salir a la calle.

- Ninguna guerra va a pararse...

- Y si no hay posibilidad de que consigamos nada...

- Si manifestarse es inútil, para mí ya deja de ser un acto político, y se convierte en un acto artístico.

- Si es artístico, deberíamos, entonces, echarnos latas de tomate a nostras mismas.

- Pero de verdad, si no hay posibilidad de que manifestándonos consigamos nada…

- Hay que seguir haciéndolo, por dignidad humana. Por nuestra dignidad y la de los civiles que sufren las consecuencias.

- Pero de verdad, si no va a cambiar nada, ¿realmente hay dignidad? ¿o es por ego, para sentirnos bien? ¿O es por culpa?

- Lo es porque una sociedad sin voz está muerta. Porque no podemos estar callados siempre. En una democracia sana, saldríamos a la calle todas las semanas.

- Usar esa palabra, "muerta", así, con este tema, suena bastante frívolo.

- Si manifestarse no va a cambiar nada, ni va a parar la guerra, ni va a cambiar la posición de nuestros dirigentes. Si la manifestación no es para fuera, sino para dentro, entonces esto, esta mesa a puerta cerrada, nosotras hablando y tomando té, esto ya contaría como manifestarse.

- Queda, pues, convocada esta manifestación improvisada, para preguntarnos por qué no nos manifestamos.



CORO:


Vamos a morir jajajá jijijí

Qué chiste le pongo.

Vamos a morir jajajá, jijijí

Ay señor, llévame pronto.



CUADRO TERCERO:


- Propongo una manifestación en la que vayamos todas con un libro en la mano, leyendo en silencio.

- Sin gritar ni hacer ningún ruido.

- La manifestación de los introvertidos. Cuerpos sin eco.

- Distancia de seguridad.

- Yo propongo una manifestación de periodistas feos. Que los periodistas no normativos también puedan salir en prime time a decir...

- Yo propongo una manifestación en la que dejemos una alfombra de libros en el Paseo del Prado, y ya los conductores decidan si les pasan por encima o no.

- ¿Qué es más ofensivo? ¿Atropellar un libro, o lanzar un tomate a un cuadro?

- El cuadro tenía cristal.

- El conductor es quien tiene que decidir si atropella el libro, o si se para. El espectador se convierte de repente en manifestante.

- Los peatones se llevarían los libros del suelo. Quedaría todo limpio antes de que pasase el primer conductor.

- Si la gente ya no lee.

- La gente no lee, pero tampoco desprecia libros gratis. Acabarían todos en Wallapop.

- A menudo me cruzo con contenedores de basura donde alguien ha dejado unos libros tirados. Si la gente cogiese los libros de la calle, yo no vería tantos.

- Pero eso ya no son libros, son basura.

- Y los libros de la manifestación, serían libros, o basura desperdigada por el suelo.

- Si están desperdigados por el suelo, serían basura.

- Al principio, cuando estén ordenaditos, serían libros, luego, cuando pasase el primer coche, se convertirían en basura.

- Podemos coserlos, los unos a los otros, para que no se desperdiguen y sean una alfombra, alfombra.

- Yo me niego a dejar libros tirados por el suelo.

- Yo me niego a usar libros en cualquier manifestación política.

- Los libros son lo contrario de la guerra.

- No idealicemos, los libros, el arte, no están por encima de la moral, no dejan de ser objetos.

- Y algunos de ellos, objetos de guerra, añadiría yo. Hay guerra en los libros, hay guerra por libros.

-  No banalicemos. n libro nunca será basura. Quien mata es la conciencia.

- Cuando un bien toca el suelo, deja de ser un bien y se convierte en basura. Si un Velázquez cayese al suelo, ya nadie lo querría.



CORO:

Vamos a morir, jijijí, jajajá

Estoy consternada.

Pronto toca despedirse.

jijijí, jajajá

Pero no pasa nada

Mejor eso que morirse



EPÍLOGO:


- Hoy en día están los delincuentes en los museos. El arte ha de estar, por definición, fuera de los espacios políticos.

- No son delincuentes, son manifestantes como tú y como yo.

- El arte es político por definición.

- El arte va por delante de la política.

- Nosotras vamos por detrás del arte y la política.

- Nosotras veníamos a hablar de un país. País cuyo nombre aún no hemos mencionado.

- Qué se puede decir de ese lugar, de esa guerra.

- Por qué hemos hablado de todo, menos de lo que habíamos venido a hablar.

- No se puede hablar de un tema tan vasto sin caer en…

- Es inabarcable.

- Nos supera.

- Y no debemos caer en...

- ¿Con qué os quedáis de todo esto?

- Aún estamos a tiempo de manifestarnos por las causas por las que aún estamos a tiempo. Todo lo que se está gestando y aún se puede frenar.

- Si este epílogo no es un cuadro, entonces aquí estamos a salvo.

- Y por eso hemos venido a hablar de ello, y por eso no somos capaces de hablar de ello. A veces, lo que más nos importa es lo que menos somos capaces de verbalizar. Nos hemos dejado llevar, quizá por la comodidad, de decir aquello que sabemos decir, aquello donde tenemos una opinión concreta, antes que enfangarnos en la inseguridad. Una vez más, hemos huido de saltar al vacío de la duda.

- Son las palabras que no hemos dicho nuestra derrota.

- Sean esas palabras, nuestro abrazo.



3 comentarios:

  1. Hola Adriana, tu texto es como ese grito ininterrumpido que deberíamos poder liberar todos pero se queda en la garganta, solo que tú si logras darle una forma (muy griega por cierto) y hasta un coro!! Es bueno, es brillante, un poco extenso quizás. Enhorabuena!

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  2. Guille, te han llamado Adriana, qué honor para mí! He tomado muchas notas, me revolotean pensamientos y sobre todo ello, tengo la sensación de que el encuentro ha ganado cuerpo en tus palabras. Gracias

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  3. El honor es mío. Tanto que no he hecho ni amago de corregir el entuerto. Gracias a ti.

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