10/10/17

Dame tu brazo [rizoma]




Ahora las puertas son azules en vez de granates, pero el interior sigue siendo exactamente el mismo de siempre, con la excepción del cambio normativo del paso del tiempo. El tiempo es algo que se queda pegado como un chicle y no avanza igual en todas direcciones. El tiempo es algo viscoso, y al abrir la ventana hacia el futuro, de repente te encuentras con el pasado dando vueltas. De verdad que a veces resulta molesto que esté tan mal diseñado, el tiempo. Qué poco decoro encontrarte ahí, de repente, sin previo aviso, ahí en mi zona de confort, en mi parque, en mis espacios íntimos. Y dónde queda el derecho a la intimidad. Quiero mis espacios libres de sorpresas. Podría haber aparecido, el pasado, en la Gran Vía, ahí se encuentra todo el mundo, en la Plaza de Callao, ahí va la gente cuando quiere encontrarse con otra gente. Tanto que si no te encuentras a nadie, los demás se ríen de ti. Tanto que si no te encuentras a nadie puedes juntarte con otro que tampoco se encuentre a nadie y haceros los amigos de hace mucho, qué tal Manolo, me llamo Juan, pues sí que has cambiado. Así sí, con espacios para las sorpresas y espacios para la tranquilidad. Con orden y concierto. Pero no puede venir el pasado sin protocolos, el pasado no puede poner excepciones del cambio normativo del paso del tiempo y aparecer donde le dé la gana. Espacio-tiempo de Minkowski, relatividad que no todo puede ser relativo.

El tiempo es un chicle que se pega y se extiende por todas partes, un rizoma cuántico y caótico. Y se estira, y estira y se compone y recompone, como la distancia otra vez, abstand, abstand by me. Y otro rizoma que se desdibuja sin que le den ningún derecho. Rizomas azules, hola soy Coco y voy a hablaros de la semiótica postestructuralista. Báilame a Deleuze, báilame a María Jerez. Forma un nudo con tu cuerpo y estira y contrae. Late, konstruiert-dekonstruiert. Y todo queda como hilos suaves en las manos. Como granos de maizena descoloridos y plumas de papagayo. Explora la mente andrógina, como Shakespeare, como diría Woolf. Funde y mézclate, evádete de tu sexo y fúndete en las posibilidades; y si la lógica quiebra, esta noche tú te quedas. Me puse a nadar y me evadí de todo; hacía mucho que no me pasaba. Me puse a nadar y me evadí de todo; hacía mucho que no me pasaba. Me puse a nadar y me evadí de todo; hacía mucho que no me pasaba. Me queda tu carta, y tu dibujo, y tu libro. Me queda tu boli, para que también pueda escribir dibujos y dibujar libros. 

Somos de la liga de la mejora de la liga de la mejora. Queremos que nos des algo de lo que tengas. Queremos mejorar la rentabilidad, la utilidad, la espectacularidad. En este espacio está todo prohibido, así que todo está permitido. Danos un euro, danos un problema, danos un huevo rodando por una pirámide, danos capitalismo y esquizofrenia. Danos tu cerebro. A partir de ahora vendremos todos un poco más descerebrados. Con más corazón y menos cabeza. Y Plank será una metáfora, y Barthes una textura, y Freud un sonido orgánico. Vendremos más descerebrados, sólo con nuestros cuerpos andróginos dispuestos a fundirse. Tengo un corazón esponja que todo lo toca, dame tu brazo y te cogeré la mano.


0 comentarios:

Publicar un comentario