21/10/13

Encadenados


Encadenados es un proyecto interbloguero. A partir de una foto, se crea el principio de una historia. La historia va pasando de mano en mano y cada uno le añade algo nuevo, hasta crear un relato completo de seis partes. Aquí encontrarás la cuarta.

Lo recomendable es empezar por el principio. Además, si prefieres, al final tienes una lista de todas las personas que han participado con sus respectivos blogs.



En cuanto le vio entrar, ella se giró sorprendida, y su sonrisa le iluminó la cara. Él tenía un pequeño discurso preparado para ella, pero la chica de los rizos no le dejó ni empezarlo, y corrió a besar su boca, para regocijo de él. Las sonrisas se dibujaban en los labios de ambos, aunque fuesen invisibles al tapárselos mutuamente.

Mientras tanto, en el piso adyacente, una chica con un cristal envenenado clavado en la planta del pie descubría con una mezcla de regocijo y decepción que las llaves que había escuchado hacía unos segundos eran las de su vecino. Regocijo porque no quería que nadie en el mundo la viese en su estado actual, decepción porque empezaba a sentir los efectos del veneno y cada vez se hacía más evidente que necesitaba ayuda.

Le costaba trabajo moverse. A través de la pared escuchaba las risas de un hombre y una mujer. Había tratado de sacarse el cristal, pero estaba clavado muy profundo y dolía al moverlo. Sentía mareos y nauseas. Las risas de al lado se habían detenido, en algún momento creyó escuchar un golpe contra un mueble. Aún podía llamar a una ambulancia, no sería difícil, ella misma podía decirles qué veneno era, tendrían antídoto seguro, pero para ello había que llegar hasta el teléfono, y el teléfono estaba en la cómoda. Empezaron a escucharse gemidos al otro lado de la pared, que iban subiendo de intensidad poco a poco. No debía haber tirado el vaso al suelo, pero ya era tarde. La sangre se iba mezclando con el agua del suelo y el líquido rojo ganaba terreno tiñendo la habitación. La vista se le nublaba, ella no tenía fuerzas para moverse, y se arrastraba lastimeramente en dirección a la cómoda. Los gemidos transapartamentales subían su volumen y se convertían en gritos a ritmo con un sonido como de golpe seco contra otra pared. Tal vez si descansaba un segundo podría hacer un último esfuerzo y alcanzar el teléfono, después solo habría que marcar tres teclas, debería ser pan comido. La ambulancia llegaría a tiempo, no concebía que todo pudiese concluir de esa manera. Un último gemido, esta vez de alivio, se escuchó al otro lado, y se fue apagando lentamente, al tiempo que desaparecían los golpes. Los brazos le temblaban, sentía ganas de vomitar, todo daba vueltas; ante todo no debía cerrar los ojos.


Imagen de Maremoto

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Blogueros participantes en Encadenados:

Foto (Flickr/500px): Maremoto.
Primera parte: San Carbajo.
Segunda parte: Ladrón de Guevara.
Tercera parte: Vértigo.
Quinta parte: Oski.
Sexta parte: Catadora de sabores.


6 comentarios:

  1. Me encanta ¿cómo se puede participar? Voy un poco mal de tiempo pero me gustaría participar en este proyecto. Ya me dices.

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    1. Este en concreto ya lo hemos cerrado y le hemos puesto punto y final a la historia, pero tenemos pensado hacer más, para el próximo te aviso sin falta :)

      Un abrazo y gracias por pasarte!

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  2. Muy bueno, y bien resuelto. ¡Voy a por la última parte!
    Un abrazo.

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  3. Bufffff!! Como siempre no me decepcionas. Tienes esa curiosidad innata para provocar conflictos inesperados y fantásticos.
    Increíble el cambio que has dado a la historia.
    No me cabe duda que Oski tomará el relevo con la misma imaginación.
    Una iniciativa la de este encadenados maravillosa para la vista. Un abrazo enorme.

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  4. El caos ordenado era el único que podía producir un giro así a la historia.

    Feliz de poder haber participado en este reto y de la sorprendente cadena que hemos creado.

    Un beso grande!

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  5. ¡Muy bueno!
    Una vez lea la siguiente parte volveré.

    Un abrazo

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